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Instalaciones del Colegio Distrital José María Córdoba en la localidad de Tunjuelito, al sur de Bogotá. | Foto: Tomada de Google Maps

ALERTA

1.689 estudiantes habrían consumido alucinógenos en Bogotá

Esta es la cifra que reporta el sistema de alertas de la Secretaría de Educación Distrital en lo que va corrido del 2015.

13 de agosto de 2015

El caso de la muerte de un alumno de la IED Marco Fidel Suárez -en el sur de Bogotá- y 19 jóvenes más afectados tras haber inhalado sustancias tóxicas conmocionó el país y puso el dedo en la llaga de una problemática hasta ahora silenciosa, pero que corroe el ambiente de varios planteles del país.

Lo preocupante de la situación es que, según el secretario de Educación de Bogotá, Óscar Sánchez, los jóvenes de las instituciones educativas distritales emplean distintas sustancias como estimulantes -en esta ocasión, incluso, polvo para recargar extintores-, lo que generó un debate sobre el alarmante consumo de drogas y alucinógenos dentro de los colegios.

Pero, cuando aún no se termina de asimilar lo ocurrido, este jueves se conoció un nuevo caso. Cinco estudiantes de los colegios José María Córdoba y Rufino José Cuervo, también de la localidad de Tunjuelito –sur de Bogotá-, fueron traslados a un centro hospitalario por una posible intoxicación. 

Gracias a un sistema de alertas que maneja la Secretaría de Educación en la red de colegios oficiales de la capital, los directivos lograron comunicar que había estudiantes afectados.

Fue así como los trasladaron al Hospital Santa Clara. Según fuentes de la Secretaría, los jóvenes ingirieron un líquido que es usado para limpiar pantallas de computador y fabricar aerosoles y pesticidas, conocido como 'Dick'. Sin embargo, en la noche de este mismo jueves ya se encontraban fuera de peligro y fueron dados de alta.

¿Crisis?

El tema enciende las alarmas de padres y educadores. Estos casos que ocurrieron tan solo en Tunjuelito serían apenas la punta de un gigantesco iceberg que sigue bajo el agua de una sociedad que a duras penas se da cuenta de las problemáticas que la rodean. Y que podrían hacerla naufragar.

Según los registros de la Secretaría de Educación capitalina, en lo que va del 2015 se han presentado 1.689 alertas por consumo de sustancias psicoactivas dentro de los colegios de la capital, sin contar el subregistro. Aunque no son necesariamente casos de intoxicación, es un número confirmado de los jóvenes que han aparecido con rastros de distintos tipos de drogas o alucinógenos en su cuerpo.

De esos casos, 697 jóvenes recibieron apoyo y acompañamiento especializado -durante tiempos determinados- por parte de los expertos de las unidades móviles que tiene la Secretaría para atender este tipo de casos.

Pero hay datos más dramáticos. Ricardo Ruidíaz, investigador de la fundación Amigos Unidos, reveló en entrevista con Blu Radio que el problema del microtráfico en los colegios ha llegado a un punto en el que cuatro de cada 10 estudiantes han probado estupefacientes, muchas veces presionados por sus propios compañeros.

Pero aunque la Secretaría está creando estrategias para abordar y tratar la problemática, queda claro que todas las autoridades deben involucrarse, pues los expendios de drogas no sólo están en las mismas instituciones, sino que están dispersos por toda la capital en busca de futuros consumidores.

Así lo revelo hace unos meses Semana.com cuando aseguró que el Bronx -la mayor 'olla' que tiene el país- no estaba solamente en el centro de la capital, sino que se había expandido con ‘franquicias’ a distintos sectores.

Según investigaciones, este centro abastece a expendios de ocho localidades de Bogotá, como son Barrios Unidos, San Cristóbal, Usme, Tunjuelito, Antonio Nariño, Puente Aranda, Kennedy y Suba. Son estos barrios los más afectados con esta problemática.

“El Bronx se nos está proliferando, bien sea por las intervenciones de la administración o por una estrategia criminal de expansión de territorio y control de negocio en Bogotá”, advirtió un investigador y analista de la Policía Metropolitana a este portal.

Por eso el consumo de drogas no debe ser sólo responsabilidad de la Secretaría de Educación, sino que se deberían crear estrategias interinstitucionales en donde estén involucradas entidades como la Policía de Infancia y Adolescencia, el ICBF, la Secretaría de Salud, entre otras. Es el futuro del país el que está en riesgo.